miércoles, 17 de abril de 2013

Trucos para salir: como hacer potitos caseros.

Nena come ya purés sencillitos de verdura y carne o de fruta, por lo que el salir de casa ya no es tán sencillo como guardar pañales y toallitas. Hay que planificar lo que comerá, si es que coincide con su hora de comer, y donde llevarlo.

Una solución, quizás práctica, es comprar los consabidos potitos. Pero no nos convence mucho. Llevan sal, azúcar... y por mucho que digan, no creo que tengan el mismo valor nutricional que un buen puré casero (desconfiados que somos, mira).

Una solución sencilla es haceros vosotros mismos vuestros propios potitos. Sólo necesitareis el puré que queráis conservar y frascos de cristal (es muy importante que sean de cristal, ya que es imprescindible esterilizarlos).

Para empezar, haced el puré como acostumbréis a hacerlo siempre.

Poned en una olla grande agua a hervir. Cuando esté hirviendo a borbotones meted los frascos y las tapas. Poned una tapa y dejadlo media hora. El objetivo es que los frascos y tapas queden esterilizados. La tapa sirve para crear una atmósfera esterilizadora, ya que no tenemos un autoclave (por decirlo de alguna manera, al hervir con la tapa puesta, estamos utilizando un autoclave casero).

Sacad los frascos y llenadlos con el puré. No los llenéis hasta arriba. Dejad uno o dos dedos sin llenar. Añadid un chorro de aceite de oliva que cubra toda la superficie del puré (vamos, haced una "tapa" de aceite). Esta tapa aísla el puré del aire en el caso de que el frasco no quede perfectamente cerrado y sirve también de conservante. A la hora de consumir, podéis mezclarlo con el puré o desecharlo con una cuchara. Va a gustos y al aspecto que tenga.

Poned la tapa al frasco, pero no la cerréis del todo. Así, cuando el poco aire que quede se caliente, podrá escapar. Si no, el frasco podría estallar.

Y por último, volved a meterlo en el agua hirviendo y tapad de nuevo la olla. Dejadlo hirviendo otra media hora.

Una vez los saquéis del agua, acabad de cerrar fuertemente las tapas (vamos, les dáis un buen apretón para aseguraos de que están bien cerradas). Y ya tenéis vuestros potitos.

No necesitaréis congelar ni frío para conservarlos. Y podéis llevaroslos donde haga falta sin necesidad de llevar una nevera.

También sirve para conservar mermeladas, compota o ¿por qué no? un buen guiso.

¡Ah! No se os ocurra atajar con trucos en plan "meter el puré muy caliente en el frasco y guardarlo boca abajo para que no entre aire"... puede contaminarse y ser muy peligroso. Especialmente para los bebés.

Espero que os haya gustado esta entrada que, no solo permitirá que vuestro bebé coma bien y sano, sino que además os permitirá reutilizar muchos de los frascos de cristal que tengáis por casa.

Saludos excursionistas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario