miércoles, 1 de mayo de 2013

Masaje infantil. Parte 1.

Una de las cosas que más disfrutamos en casa es del masaje. Me permite crear una atmósfera tranquila y de complicidad con el bicho en cuestión que esté masajeando.

Es muy placentero, tanto para quién lo da como para quién lo recibe, y es fantástico ver como un bebé se relaja y mantiene una expresión de felicidad absoluta. Además, permite establecer una conexión muy intensa.

Como nos gusta tanto, os vamos a proponer una serie de técnicas para que podáis hacerlo también. Pero hoy vamos a empezar explicando un poco en qué consiste.
 
Los bebés crecen mejor con masajes.
Los masajes en recién nacidos no sólo son benéficos para niños con problemas de sueño, cólicos y estitiquez. Además de ser una excelente herramienta de ayuda para las madres de recién nacidos, con esta terapia se obtienen muy buenos resultados en el desarrollo de sus pequeños.
Un estudio reciente de la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional de Kangwon, Corea, comprobó que los bebés prematuros crecen mejor, fuertes y más rápido con masajes constantes en el tiempo realizados por sus propias madres.
El estudio evaluó la respuesta de niños prematuros al masaje infantil (estimulación táctil y kinestésica), la que fue medida en las variables de peso, fisiológicas (tono vagal, frecuencia cardiaca, saturación de oxigeno) y respuestas de comportamiento (estado motor y estado de relajación).
La muestra fue dividida e dos grupos de 13 niños con edades gestacionales menores a 36 semanas al nacimiento, uno de los cuales recibió masajes dos veces al día por 10 días.
¿Los resultados? El tono vagal fue significativamente mayor después del masaje. El grupo experimental tuvo también mejores puntajes en alerta y vigilia, y actividad motora. Este trabajo demostró que la terapia de masajes puede mejorar y aumentar un respuesta fisiológica óptima y un mejor comportamiento en niños prematuros.
Beneficios para nuestros bebés.
El masaje infantil beneficia fisiológica y psicológicamente a los bebés y sus padres.
  • Estimulación: La sensibilidad de la piel es la función que se desarrolla más temprano y el más importante de todos los sistemas sensoriales de desarrollo. El vínculo resulta esencial, tanto como para la supervivencia de los bebés como para la capacidad nutricional de la madre. Los estudios culturales también apoyan la idea de que los niños deben recibir masaje y caricias más de lo que actualmente es habitual en las culturas occidentales.
  • Desarrollo cerebral: La estimulación sensorial acelera la mielinización del sistema nervioso cerebral. La vaina de mielina es una envoltura de grasa que cubre cada nervio, protege el sistema nervioso y acelera la transmisión de los impulsos del cerebro al resto del cuerpo. El proceso de recubrimiento de los nervios no está completo al nacer, la estimulación acelera este proceso.
  • Relajación: Antes del nacimiento, el cuerpo del bebé se inunda con ACTH, hormona que se produce para enfrentar el estrés, con que el cuerpo y el cerebro están en estado de alerta. El contacto táctil, el contacto con la mirada y el sonido de los latidos del corazón de la madre son señales importantísimas que el bebé recibe de su madre después del nacimiento, que le ayudan a bajar el nivel de ansiedad, miedo y estrés.
  • Alivio: El masaje en el área digestiva, ayuda a mover los gases y la materia fecal, acelera la mielinización del sistema nervioso para una mejor comunicación cerebro-cuerpo, hay técnicas para aliviar los cólicos, molestias de la dentición, congestión y estrés.
  • Vínculo madre o padre - hijo: Los vínculos son para los humanos un proceso de interacción recíproca, es una danza que produce confianza e intimidad. A los padres que se contactan física y emocionalmente con sus bebés de modo permanente les resulta más fácil interpretar la comunicación no verbal de sus hijos.
La técnica del masaje infantil proviene de cuatro fuentes principales. La primera es la tradición hindú, la segunda el método sueco, la tercera es la técnica de la reflexología y la cuarta viene de la Bioenergética suave de Eva Reich.
 
El masaje infantil fomenta los lazos entre padres e hijos, por ello, es esencial que los padres entiendan su papel, no simplemente como masajistas, sino como espejos para sus bebés. Los padres y los bebés tienen su propio sistema de comunicación que es único para ellos. El masaje infantil toca el aspecto más profundo de vínculos padres - hijos y requiere sensibilidad y comprensión.
 
Saludos excursionistas.
 
Copyright Terra Networks Chile S.A.
La información está extraída del curso de masaje infantil impartido en el C.A.P. Sardenya de Barcelona.

miércoles, 24 de abril de 2013

Comunicación positiva. Parte 5.

Nosotros no somos partidarios de los castigos. Bajo nuestro punto de vista, sólo sirven para que los niños aprendan a hacer las cosas a escondidas. Ojo, esto no quiere decir que cuando algo está mal no haya ninguna consecuencia.

Muchas veces, la línea que separa el castigo de la consecuencia es muy sutil y difícil de diferenciar.

El objetivo, al menos para nosotros, no es que el niño deje de hacer algo, sino que sepa por qué no se debe hacer y que si lo hace, puede tener consecuencias.

Hoy, en la comunicación positiva, vamos a ver alternativas al castigo.

Alternativas al castigo.

Lo primero de todo es saber diferenciar qué es un castigo y qué es una consecuencia. Un castigo es una privación deliberada durante un tiempo determinado o el acto de hacer daño (física o psíquicamente) con la intención de dar una lección. Una consecuencia es un resultado natural de una conducta. Por ejemplo, si un niño pinta una pared y no le dejamos ver la tele, es un castigo, sin embargo, si hacemos que limpie la pared, es una consecuencia.

¿Cómo podemos cambiar la manera de educar a nuestros hijos?

Señala la manera de ser útil. Es mucho más productivo y constructivo decir "ayúdame con la compra. Coje ese paquete de galletas y ponlo en el carro", en vez de "cuando lleguemos a casa te vas a enterar".

Expresa una censura rotunda sin atacar el carácter. En lugar de decir "comes como un marrano", es mejor "no me gusta nada como comes. Lo estás ensuciando todo".

Dile cuales son tus expectativas. Expresa lo que sientes y dile lo que esperas para la próxima vez. Es preferible "cuando te presto algo, espero que me lo devuelvas" a "no te lo dejaré nunca más".

Enseña al niño como rectificar. Por ejemplo, "lo que hay que hacer es limpiar la pared que has pintado".

Da opciones. En vez de decir "como te vuelva a ver correr, te doy un bofetón", prueba con "deja de correr, tienes dos opciones: o caminas tranquilo a mi lado o te sientas en el cochecito".

Toma medidas. En lugar de "te la has ganado", sienta al niño en el cochecito mientras dices "vale, has elegido ir sentado".

Permite al niño que experimente las consecuencias de sus faltas. Consecuencias naturales al acto en sí. "Cuando aprendas a pintar en el papel, en vez de en la pared, podrás utilizar los lápices".

A veces, lo ideal es llegar a una resolución conjunta. Tratar según que situaciones con los niños puede llevar a encontrar una solución que nos satisfaga a todos de una forma más sencilla. Veamos:

1. Habla de los sentimientos y necesidades del niño. "Estoy pensando que no es fácil dejar de jugar cuando estás tranquilo y relajado pasándotelo bien con tus juguetes".
2. Habla de tus sentimientos y necesidades. "Pero por otro lado, me frustra tener que discutir contigo para que te bañes".
3. Exprimid vuestros cerebros para encontrar una solución mutuamente aceptable (algo en plan "unamos nuestros cerebros para encontrar una idea que nos guste a los dos").
4. Apuntad todas las ideas sin evaluarlas.
5. Comentad las ideas, decidid cuales os gustan, cuales son desechables y cuales seguiréis en el futuro.

Al encontrar una solución conjunta, además, les estáis haciendo partícipes de una situación y el hecho de que sean parte activa de esa solución propuesta hace que sean más proclives a comprometerse y responsabilizarse.

Por último. A veces, el niño reincide y se disculpa. Decir "lo siento" está muy bien, pero puede convertirse en una técnica en la que le permite una disculpa rápida para salir del paso y repetir una conducta no deseada más adelante. Ante un "lo siento" o "perdón" reincidente va bien un "me alegra que lo sientas, en un primer paso muy importante. Ahora deberíamos pensar qué hacer para que no vuelva a pasar".

Como colofón. Los premios, como refuerzo a una actitud positiva, son tan negativos como lo son los castigos. Utilizando ambas técnicas lo que se trasmite es que se hacen las cosas bien para obtener una recompensa o evitar un castigo sin interiorizar el por qué es conveniente hacer las cosas bien hechas. Las consecuencias (tanto positivas como negativas) permiten, precisamente, aprender por qué es conveniente actuar de una manera o de otra.

Esperamos que os sirva de ayuda.

Saludos excursionistas.

Fuentes de este artículo:
Como hablar para que sus hijos le escuchen y como escuchar para que sus hijos le hablen. Adele Faber y Elaine Mazlish. Ed. Medici.
ISBN: 9788486193867

miércoles, 17 de abril de 2013

Trucos para salir: como hacer potitos caseros.

Nena come ya purés sencillitos de verdura y carne o de fruta, por lo que el salir de casa ya no es tán sencillo como guardar pañales y toallitas. Hay que planificar lo que comerá, si es que coincide con su hora de comer, y donde llevarlo.

Una solución, quizás práctica, es comprar los consabidos potitos. Pero no nos convence mucho. Llevan sal, azúcar... y por mucho que digan, no creo que tengan el mismo valor nutricional que un buen puré casero (desconfiados que somos, mira).

Una solución sencilla es haceros vosotros mismos vuestros propios potitos. Sólo necesitareis el puré que queráis conservar y frascos de cristal (es muy importante que sean de cristal, ya que es imprescindible esterilizarlos).

Para empezar, haced el puré como acostumbréis a hacerlo siempre.

Poned en una olla grande agua a hervir. Cuando esté hirviendo a borbotones meted los frascos y las tapas. Poned una tapa y dejadlo media hora. El objetivo es que los frascos y tapas queden esterilizados. La tapa sirve para crear una atmósfera esterilizadora, ya que no tenemos un autoclave (por decirlo de alguna manera, al hervir con la tapa puesta, estamos utilizando un autoclave casero).

Sacad los frascos y llenadlos con el puré. No los llenéis hasta arriba. Dejad uno o dos dedos sin llenar. Añadid un chorro de aceite de oliva que cubra toda la superficie del puré (vamos, haced una "tapa" de aceite). Esta tapa aísla el puré del aire en el caso de que el frasco no quede perfectamente cerrado y sirve también de conservante. A la hora de consumir, podéis mezclarlo con el puré o desecharlo con una cuchara. Va a gustos y al aspecto que tenga.

Poned la tapa al frasco, pero no la cerréis del todo. Así, cuando el poco aire que quede se caliente, podrá escapar. Si no, el frasco podría estallar.

Y por último, volved a meterlo en el agua hirviendo y tapad de nuevo la olla. Dejadlo hirviendo otra media hora.

Una vez los saquéis del agua, acabad de cerrar fuertemente las tapas (vamos, les dáis un buen apretón para aseguraos de que están bien cerradas). Y ya tenéis vuestros potitos.

No necesitaréis congelar ni frío para conservarlos. Y podéis llevaroslos donde haga falta sin necesidad de llevar una nevera.

También sirve para conservar mermeladas, compota o ¿por qué no? un buen guiso.

¡Ah! No se os ocurra atajar con trucos en plan "meter el puré muy caliente en el frasco y guardarlo boca abajo para que no entre aire"... puede contaminarse y ser muy peligroso. Especialmente para los bebés.

Espero que os haya gustado esta entrada que, no solo permitirá que vuestro bebé coma bien y sano, sino que además os permitirá reutilizar muchos de los frascos de cristal que tengáis por casa.

Saludos excursionistas.

miércoles, 10 de abril de 2013

Una sobre opinólogos...

Esta entrada va sin numerar... normalmente hablamos de algo que nos interesa y por no hacerlo largo, numeramos y dividimos...

De tanto en cuanto daremos opiniones... no las numeraremos, puesto que no sabemos si será sólo una o serán varias. En cualquier caso allá va... (y que sea lo que la deidad que adores/respetes/ignores quiera)...

Llevo una temporada en la que todo a mi alrededor son justificaciones. Me he tenido que justificar yo por seguir dando teta (Nena cumple hoy ocho meses y hay quien lo ve como algo horrendo), y con la misma persona se estaba justificando una vecina por dar biberón. Otra vecina ha dado explicaciones de por qué, su tierna retoña, no va a ir a la guardería por las tardes. Hay que dar explicaciones de por qué no dejamos a los niños llorar... o de por qué sí... de lo que comen... de lo que dejan de comer... de si van al cole o guardería... de por qué no....

Sinceramente, a mí me resulta agotador. Yo, o mejor dicho, nosotros, hacemos lo que pensamos que es mejor para nuestros hijos. Y estoy segura, de que mi vecina, esa que le chilla al niño y no tiene empatía con él los cinco segundos que la veo en la escalera, también... y la chavala que va lidiando y no entendiende a su hija, porque tiene más interés en mirar a una hormiga que en ir al mercado, el segundo que me cruzo con ella en la esquina, también...

Es tan fácil juzgar... yo hace dos días me quise morir cuando estaba batallando con Nene en el portal y salieron del ascensor dos vecinos... argh! "Mano dura", me dijo uno... "es tan pequeñito..." me dijo el otro... toma ya... ¿con qué amable "consejo" te quedas, encima?

Y yo digo... ¿y a vosotros... qué más os dá? Nadie sabe si es la primera vez que mi hijo monta un "pollo" y por tanto es muy chiquito... o si es una costumbre y por tanto es culpa mía por no emplear una "mano dura"... es más... esa persona que pase en ese momento no sabe tan siquiera como funciona Nene o como funcionamos nosotros como familia...

Así que, desde aquí lo digo y lo envío. Querido desconocido o conocido alejado, agradezco profundamente que te preocupes por mi prole. Es muy considerado por tu parte. Pero si no pretendes pasar una semana con ellos (y créeme, haras muy mal negocio porque comen mucho los dos), abstente de hacerme comentarios sobre como educarlos, criarlos o enseñarlos. Si pretendes hacerlo tú, no hay problema. Si no, tus comentarios caeran en saco vacío y no esperes otra cosa distinta a una bordería (si me pillas de buenas y soy comedida) o directamente una grosería (que achacaré a la falta de sueño... nunca pensé que estaría tan agradecida a que Nena no me deje dormir).

Así que ya sabéis... antes de dar consejos bienintencionados a quien no los ha pedido... pensad que quizás, muy quizás, hay detrás una Mama con mucho sueño por culpa de Nena que puede no necesitar oírlos y sí descargarse....

Avisados estáis... luego, no os quejéis.

Saludos excursionistas.

martes, 2 de abril de 2013

¿Jugamos a un juego? Parte 2.

Después del parón de semana Santa, retomamos nuestra actividad normal y volvemos a la carga. Hoy proponemos una nueva entrada sobre el juego y su importancia en el desarrollo. Esparemos que os guste.

El juego funcional o de ejercicio.
Los juegos de ejercicio pertenecen al estado sensoriomotor, por lo que son propios de los dos primeros años de edad. Consisten en repetir una y otra vez la misma acción con la intención de obtener un resultado inmediato.

Este tipo de juego se puede hacer tanto con objetos o personas como sin ellos:
  1. Arrastrarse, gatear, caminar, balancearse, etc... son acciones que se consideran juegos de ejercicio con el propio cuerpo. Permiten dominar el espacio gracias a los movimientos.
  2. Morder, chupar, lanzar, agitar, golpear... se consideran juegos de ejercicio con objetos donde se manipula y se explora sensorialmente las  cualidades de los objetos.
  3. Sonreir, tocar o esconderse son acciones que se consideran juegos de ejercicio con personas. Favorecen la interacción social.

El juego funcional es beneficioso para:
  • El desarrollo sensorial.
  • La coordinación de movimientos y desplazamientos.
  • El desarrollo del equilibrio estático y dinámico.
  • La comprensión del mundo que rodea al bebé (que los objetos y personas no desaparecen, que las cosas ocurren por una causa-efecto, que los objetos se pueden combinar entre ellos, etc.).
  • La autosuperación (cuanto más se práctica, mejor se hace).
  • La interacción social con la persona de apego.
  • La coordinación óculo-manual.

La evolución que presenta este tipo de juego es muy rápida. La podríamos clasificar de la siguiente manera:
  • Desde el nacimiento hasta los cuatro meses. Durante el primer mes de vida, el bebé tiene unos reflejos involuntarios y automáticos ante cualquier estímulo. Poco a poco, algunos de estos reflejos se van tornando más útiles (gira la cabeza hacia un sonido, por ejemplo). Los adultos estimulamos al bebé con objetos, captando su atención hacia los objetos de su entorno. Entre los dos y cuatro meses, el bebé pone en marcha un tipo de conducta llamada "reacción circular primaria". Esta conducta se inicia por azar e involuntariamente, y produce un resultado tan placentero que motiva al niño a repetirla una y otra vez hasta conseguir el mismo efecto. Así pues, el bebé juega con su propio cuerpo y realiza acciones por propio gusto (mirar un objeto, balbuceos, sonrisas...).
  • Desde los cuatro hasta los ocho meses. En este periodo aparece la "reacción circular secundaria". El bebé descubre de nuevo por casualidad una conducta que le interesa, pero esta vez sobre el entorno físico y social. El bebé empezará a coger y manipular objetos mejorando su coordinación. Empieza pues, el juego de ejercicio con objetos: los mueve, los gira, los manipula. Los adultos solemos ofrecer juguetes que favorecen la exploración sensorial (sonajeros, llaves de colores...) y empezamos también a hacer juegos de interacción social (juegos de falda, mimitos...). Si paramos el juego que estamos haciendo con el bebé, este nos pedirá que la reanudemos con balbuceos o agitándose. A esto se le llama "procedimiento para prolongar un espectáculo interesante". Cuando el bebé empieza a imitar al adulto, se amplia el juego buscando una participación más activa (comienza el palma palmitas o cinco lobitos).
  • Desde los ocho hasta los doce meses. En esta etapa la atención sobre lo que ocurre alrededor del bebé está más acentuada y empieza a realizar acciones concretas para conseguir un fin. La acción ya no se produce por casualidad, es intencionada y con el fin de conseguir un objetivo. En este punto aumenta el interés por los objetos en sus acciones. Se produce, también, una mayor comprensión del entorno y la realidad, por lo que el bebé puede encontrar objetos escondidos a su vista, trasladarse para alcanzar un objeto, utilizar un objeto como contenedor de otro, ofrecer un objeto para que se lo pongamos en marcha, dejar caer y tirar objetos... En este momento aumenta, también, la capacidad locomotora del bebé (pueden arrastrarse, gatear o empezar a andar), lo que permite aumentar el espacio y los objetos a explorar. También damos más protagonismo al bebé con los juegos de falda, por lo que interactúa más con el adulto y puede pedir el inicio de un juego concreto (por ejemplo, puede taparse los ojos para jugar al cucú-tras).
  • Desde los doce hasta los dieciocho meses. En esta fase el bebé entra en una etapa de experimentación (a ver que pasa si hago esto). Comienza a utilizar los objetos de una forma más instrumental: utiliza los objetos para alcanzar otros que le interesan más. Un bebé en esta etapa puede intentar localizar un objeto escondido aunque no haya visto esconderlo, puede tirar de una cuerda para acercar un objeto o activar juguetes después de una demostración. También empieza a imitar gestos aunque no pueda verlos en sí mismo.
  • Desde los dieciocho a los veinticuatro meses. En este punto el bebé es capaz de hacer una representación mental de lo que quiere hacer. Es una etapa que se caracteriza por la imitación sin necesidad de que el modelo esté presente. Este tipo de juego abrirá las puertas al juego simbólico y comienzan a ser una representación de los quehaceres cotidianos.

Como podemos ver, el juego es básico para que el bebé aprenda a conectar con el mundo que le rodea, y es tan importante como el comer o el dormir, puesto que es lo que le va a permitir adquirir todas sus habilidades.

Esperamos que os haya resultado interesante.

Saludos excursionistas.

lunes, 18 de marzo de 2013

Comunicación positiva. Parte 4.

Volvemos con la comunicación positiva.

Una de las cosas que teníamos claras Papa y yo era que la crianza ya es suficientemente difícil y complicada como para convertirla en una batalla campal.

En el diálogo y la comunicación permanente hemos encontrado un poderoso aliado para que la crianza sea más sencilla.

Técnicas para colaborar con nuestros hijos y... que nuestros hijos colaboren.
Describe. Describe absolutamente todo lo que veas. Y, por supuesto, describe el problema que quieres solucionar. La próxima vez que veas que tu hijo se ha dejado la tele encendida, en vez de enfadarte y/o sacar a relucir defectos, describe lo que ves. En vez de "¡Qué despistado! ¡Te has vuelto a dejar la tele encendida!", prueba un "la tele está encendida". Además, es mejor si se elimina el tono acusador. Cambia el "se te ha caído arroz al suelo" por "se ha caído arroz al suelo, necesitamos el recogedor para limpiarlo".

Da información. La información es más fácil de digerir que un reproche o una acusación. Funciona mejor "el sofá es para sentarse, no para saltar" que "si te vuelvo a ver saltando en el sofá te vas a enterar".

Exprésate de forma breve y sé directo. En lugar de soltar una parrafada con discursos y sermones, dí de forma clara y corta lo que quieres. Por ejemplo: "Nene, la leche o Nene, tómate la leche", "esa puerta...", "no saltes en la cama".

Expresa tus propios sentimientos. Al describir como te sientes, no sólo estás enseñando a tu hijo a entender sus propios sentimientos, sino que estarás siendo honesto sin necesidad de herirle. En vez de soltar un "eres un maleducado que no dejas hablar", prueba con "me disgusta mucho no poder acabar de decir lo que quiero" o "ahora no puedo hacer esto, estoy nerviosa y no tiene nada que ver contigo. De aquí a un ratito lo hacemos".

Escribe una nota, aunque no sepa leer. A veces la palabra escrita es más contundente que la palabra dicha. Prueba a dejar una nota en su Play que diga "antes de encenderme, piensa ¿he hecho ya los deberes?" o "esta noche sesión de limpieza de dientes. Invitación especial para todos los niños de la casa y sus dientes, con la aparición estelar de Papa y Mama".

Como última recomendación os diré que uséis muchísimo el humor. Os facilitará la comunicación con vuestros hijos y alegrará el ambiente de vuestra casa. Hacer voces (imitar un robot, o poner voz chillona), soltar algo sin sentido como réplica (con ánimo de broma y que el niño lo vea) o inventar situaciones divertidas os pueden ayudar mucho a que el niño se muestre receptivo y colaborador.

Espero que os guste.

Saludos excursionistas.

Fuentes de este artículo:
Como hablar para que sus hijos le escuchen y como escuchar para que sus hijos le hablen. Adele Faber y Elaine Mazlish. Ed. Medici.

ISBN: 9788486193867

jueves, 14 de marzo de 2013

¿Jugamos a un juego? Parte 1.

Siempre me gustó esta frase (sacada de la peli Juegos de Guerra). El juego es una de las cosas más importantes en la vida de todo ser humano. Nene es un niño que está todo el día entero jugando y nosotros se lo favorecemos muchísimo. Quizás, porque nosotros, pese a ser adultos, jugamos mucho también.

Iniciamos una serie de post sobre la importancia del juego y los distintos tipos de juego en función de edades e interacción por los adultos. Esperamos que os guste.

¿Jugamos a un juego?
El juego es uno de los aspectos más importante para que el niño se desarrolle. Permite descubrir, observar, explorar y comprender el mundo que le rodea de una manera natural y hace que la toma de consciencia de el mismo y sus habilidades sea más sencilla.

Es un elemento básico para el desarrollo y aprendizaje personal, y está considerado una actividad social, educativa y terapéutica.

El juego, además, no es exclusivo del ser humano. Todos los animales aprenden y adquieren habilidades y conocimientos precisamente a través del juego. Vamos, que la naturaleza sabe lo que hace.

La próxima vez que tus hijos estén jugando, no pienses que están perdiendo el tiempo. Están desarrollándose como personas, aprendiendo a pactar y negociar, asentando bases sociales, aprendiendo habilidades profesionales y cotidianas, mejorando su coordinación y su psicomotricidad... y encima, pasándoselo pipa. Además estarán estimulando su imaginación y la creatividad. ¿Quién da más?

Ya sabéis... a jugar. A jugar mucho.

Saludos excursionistas.

domingo, 10 de marzo de 2013

Viajes largos en coche (3)

Volvemos al tema de viajar en coche con niños.

Una de las cosas que más tenemos es el consabido "¿hemos llegado ya? ¿cuánto queda?". Un niño que se aburre, es un niño que piensa. Y un niño que piensa en un espacio tan pequeño puede suponer una auténtica prueba de autocontrol y paciencia, sobretodo para el niño.

Hoy en día, parte de ese problema a quedado resuelto gracias a tablets y reproductores de DVD portátiles (hay coches que incluso los llevan incorporados en los reposacabezas delanteros o en el techo). Pero no es plato de nuestro gusto.

Nosotros preferimos ir al aire libre sin aparatos electrónicos (ya hacemos un buen uso de ellos el resto de la semana). Nuestro objetivo, al salir, es precisamente, conocer un estilo de vida más sencillo y menos tecnológico. Así pues, para nosotros, quitando el teléfono para emergencias, es obligatorio dejar el resto de chismes en casa.

Y entonces ¿cómo nos lo montamos? Bueno, en este caso (y en ninguno) no hemos inventado nada, la verdad. Simplemente hemos tirado de memoria y recordado como se las ingeniaban nuestros padres (actualmente conocidos como los Abuelos).

Dependiendo de por donde circuléis tendréis más juego (no es lo mismo ir por una autopista o autovía, que por una carretera secundaria o una nacional). Pero hay infinidad de opciones, y aquí podéis echar toda la imaginación que queráis, incluso inventaros vuestros propios juegos.

Además, juegos como el "veo, veo" (en niños muy pequeños se puede versionar haciendo descripciones en vez de empezar con una letra), contar coches de un color, encontrar árboles o animales por el camino e identificarlos, acordarse de cual será el siguiente pueblo por donde pasaréis y demás, refuerzan los conocimientos y habilidades adquiridos por los niños.

También ponemos música, cantamos y hacemos coreografías con los brazos. Y aprovechamos para hablar de todo y sobre todo. Ya veis, hay infinidad de opciones.

Obviamente, lo mejor es elegir lo que se acopla al estilo de vida de la familia y con lo que el niño se encuentra más cómodo. Pero nosotros hemos decidido viajar "a la antigua" precindiendo de maquinitas y demás.

Saludos excursionistas.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Comunicación positiva. Parte 3.

Seguimos con la comunicación positiva, puesto que nos parece una herramienta que, con un poquito de práctica, puede ayudarnos tremendamente en nuestra relación con nuestros hijos y facilita enormemente la interacción con ellos.

Hoy hablaremos de los sentimientos.

Escuchar, reconocer y poner nombre a los sentimientos del niño facilita que el niño entienda qué le pasa, que encuentre soluciones por sí mismo y que se sienta comprendido.

Lo más importante y principal es escuchar.

Expresiones del tipo "ajá", "ya veo", "vaya", en vez de preguntas o consejos, invitan a que el niño explore sus propias sensaciones e ideas, y encuentre soluciones a los problemas a los que se enfrenta.

También es de gran utilidad poner nombre a lo que el niño está experimentando. Frases del tipo "veo que estás enfadado" o "esto es muy frustrante ¿verdad?" proporcionan consuelo. Ojo, no neguéis nunca el sentimiento que el niño está sintiendo. Expresiones tipo "¿cómo vas a estar enfadado?" o "no tienes motivos para estar triste" sólo sirven para que el niño encima se sienta frustrado e incomprendido.

Concédele al niño sus deseos en la fantasía... parece algo un tanto extravagante, pero funciona. Nunca se me olvidará una rabieta de Nene porque quería unas galletas que se habían terminado. Montó en cólera. ¿Qué hice? Pues abrazarle y decirle que deberíamos inventar una máquina que nos diera galletas cuando quisiéramos... ¿por qué no hacíamos entre los dos un invento para tener las galletas cuando nos diera la gana? Lo que comenzó con una rabieta monumental acabó con un dibujo de cómo debía ser la máquina y qué debía de hacer...

Cambia tu manera de expresarte. Si a un niño le dices "entiendo que estés enfadado, pero las cosas se dicen con la boca, no con las manos" o "no me gusta que me digas palabrotas. Si estás enfadado y me explicas por qué, podemos buscar juntos una solución", permite que el niño interiorice y entienda, sin necesidad de reprimendas o castigos.

Obviamente, esto no es una panacea, pero os aseguro que alivia muchas tensiones y conflictos.

Saludos excursionistas.

Fuentes de este artículo:
Como hablar para que sus hijos le escuchen y como escuchar para que sus hijos le hablen.  Adele Faber y Elaine Mazlish. Ed. Medici.

ISBN: 9788486193867

jueves, 28 de febrero de 2013

Unas normas básicas para la montaña.

Papa y yo hicimos bastantes excursiones por alta montaña cuando aún no teníamos nenes. Y cuando Nene tenía diez meses nos atrevimos a hacer de nuevo una excursión.

Lo cierto es que, aunque las normas no difieren mucho de niños a adultos, cuando vamos con niños hemos de extremar las precauciones.

Lo que viene a continuación es una serie de normas básicas a tener en cuenta cuando hacemos montaña con niños.

Bien equipados y avituallados podéis ir a todas partes.


Antes de salir.
  • Enteraos bien del tiempo que va a hacer. Esto no quiere decir que si va a llover o nieva no podáis salir (hasta el día de hoy, los niños no encogen con el agua). El parte metereológico es fundamental para que te equipes correctamente, así podréis ir bien protegidos y no os encontraréis imprevistos.
  • Revisad bien vuestro equipo. Aseguraos de que todo está como tiene que estar (botas, mochilas, materiales... y lo que se os ocurra). Evitaréis sorpresas desagradables.
  • El recorrido. Estudiadlo con pelos y señales antes de salir de casa. Consultad blogs, guías, mapas, planos... ¡al vecino del quinto! Lo que sea... pero conoced el sitio donde vais antes de hacer la travesía. Evitaréis sorpresas y problemas.
  • El móvil. Aseguraos de que está cargado al cien por cien. En la montaña no hay cobertura, pero en caso de emergencia podréis llamar al 112.
  • Avisad a algún conocido del recorrido que tenéis pensado hacer, de a qué hora vais a salir y a qué hora tenéis previsto volver. Así, si pasa algo y no podéis avisar, habrá quien lo pueda hacer en vuestro lugar. Eso sí, no seáis malos y tan pronto como hayáis vuelto a la civilización, llamadle, o le daréis el susto de su vida.

La mochila de avituallamiento.
  • Ropa. Pensad que hay que ir con lo siguiente: una camiseta de manga corta, una de manga larga, un polar y un chubasquero. Esto es imprescindible. Luego podéis ampliar dependiendo de la época del año, pero incluso con buen tiempo es obligatorio ir con todo esto. Os permitirá iros tapando o destapando según las circunstancias.
  • Comida. A parte de la comida que llevéis para pasar el día o el rato (depende de la excursión que tengáis planeada) llevad chocolate, frutos secos... cualquier cosa que ocupe poco y sea muy, muy calórica y podáis dividir con facilidad. Lo ideal sería que llevaseis una reserva para veinticuatro horas y que podáis racionar en caso de extrema necesidad (que aguantaseis un par de días pasando hambre sin moriros, vaya). Vale todo tipo de guarrerías... que a los nenes les encantan.
  • Agua. Llevad siempre agua, mucha agua. Llevad cantimploras que podáis rellenar. La mayoría de travesías discurren al lado de un río o van a parar a algún sitio donde hay agua. Si lleváis una cantimplora, podréis rellenarla (ojo, mucha cautela según donde lo hagáis, ya que si es una zona donde hay muchos animales el agua puede estar contaminada por las heces). Rellenad las cantimploras siempre en sitios donde el agua esté en movimiento.
  • Plano y brújula. Imprescindible. Llevad un muy buen plano de la zona en el que salgan detallados hasta los charcos del chuviasco de ayer, por favor. Y una brújula por si os perdéis podáis coger referencias. Un plano bueno cuesta entre diez y quince euros... y con él podréis hacer infinidad de excursiones en la misma zona. Vale la pena con creces la inversión.
  • Si tienes un bebé alimentado con L.A. Lleva agua y leche para dos días... venden unos dosificadores muy chulos para los polvos y te quitarás de encima muchas angustias.... añadirás peso, pero la tranquilidad que tendrás lo compensa. Si tienes un bebé alimentado con L.M. no te has de preocupar, ya que lo llevas encima (otra ventaja más de la lactancia materna).
  • Llevad bolsas para recoger la basura que generéis. Sí, todos generamos basura. El papel de plata de los bocatas, si sois fumadores la colilla del cigarrito, las latas de bebida que subamos... no seáis marranos. Llevad una bolsa e id metiendo todos los desechos que generéis. Y si fumáis, ¡no se os ocurra meter la colilla debajo de una piedra! pensad que eso tarda más de cien años en desaparecer.

La mochila del bebé.
Al bichejo de turno en cuestión lo tendréis que llevar a cuestas, así que ponemos también recomendaciones para su bienestar.
  • Asegúrate de que no le da el sol en la cabeza. Ponle una gorra, agenciate un toldito... y ponle crema solar. En la montaña el sol pega más.
  • Vigila el tipo de mochila. Si tienes una buena mochila (el niño va "sentado" y la tela de abajo llega hasta ambas rodillas) puedes olvidarte de tiempos. En caso contrario (lo que se conoce vulgarmente como una colgona) recuerda que deberás parar un rato largo cada dos horas para no perjudicar al bebé.
  • Comprueba que vais cómodos. En alta montaña una travesía cortita pueden ser dos horas de ida y una y media de vuelta... es mucho rato para ir con una mochila que te aprieta, tira o incomoda... aseguraos de que vais cómodos. Y si tenéis dudas, consultad aquí y os informarán la mar de bien, sobretodo porque la persona con la que hablaréis prueba personalmente sus portabebés.

En la montaña.
Una vez ya estéis allí, también tenéis que tener en cuenta lo siguiente:
  • Controlad el camino. Suelen estar marcados con hitos (montañitas de roca hechas por la gente) o estacas. Has de ver el siguiente hito desde el que estás, así que si no lo ves, no te arriesgues.
  • Procurad no salir del camino. No pasa nada por salir del camino, si conocéis la zona o vais con un buen plano que sabéis interpretar. Si no es el caso, no os arriesguéis. Os estáis jugando el pasar la noche al aire libre.
  • Recoged toda la basura que generéis. Sé que es repetitivo, pero ¿os gusta ir a un sitio que está sucio? En la montaña no hay barrenderos ni basureros. Por favor, llevaros toda la porquería que generéis.
  • No capturéis animales. Está muy bien coger un bicho para mirarlo, pero liberadlo en seguida. Si os lo lleváis, cambiaréis su habitat y lo más probable es que muera. Coged los bichos para mirarlos, pero liberadlos una vez hayáis acabado.
  • No cojáis plantas. Por la misma razón. Las plantas de alta montaña no lucirán en vuestro balcón, ya que necesitan otro clima. Y esas flores tan bonitas, en media hora estarán chuchurrías. Mirad las plantas y estudiádlas, pero no las cortéis u os las llevéis.
  • No cojáis tampoco rocas o piedras. Un sitio es bonito porque tiene unas determinadas rocas o muchas piedras. Si todo el que pasa coge una, al final no habrá ninguna que admirar. Dejad las cosas como están, y de recuerdo llevaros una foto al lado de esa piedra tan chula.
  • Acostumbraros a ser silenciosos. En la montaña viven muchos animales y con el ruido se pueden asustar. Tenéis que tener presente que sois invitados en sus casas. Sed muy escrupulosos, sobretodo, con las zonas de arbustos, ya que suelen ser zonas de cría y, en caso de que la madre se asuste, os podría atacar para defender a su prole.
Estoy segura de que me dejo cosas... pero de momento tenéis una lista básica de cosas a tener en cuenta. Por favor, sed cuidadosos... que lo último que queremos ver es como os rescatan en el telediario.

Saludos excursionistas.

lunes, 25 de febrero de 2013

Comunicación positiva. Parte 2.

Hoy seguiremos hablando de la comunicación positiva.

El otro día definimos una serie de puntos que podrían, en cierto modo, definir en qué consiste. Ahora bien ¿qué podemos hacer para aplicar estas ideas? ¿Cómo podemos cambiar nuestra manera de comunicarnos para mejorarla?

Describe. No interpretes.
Cada uno sabe el por qué de lo que hace, y con los niños pasa exactamente lo mismo. Cuando un niño hace algo tiene sus propias razones. Si nosotros le damos una interpretación, lo más probable es que el niño se sienta enjuiciado (¿y quién no se sentiría así?) e incomprendido. Además, es un sinsentido que no conduce a nada.

Siempre es mejor describir lo que te gusta y lo que no. El mensaje es claro y directo y no darás lugar a malas interpretaciones.

Sé concreto.
Muchas veces tendemos a hablar de forma general, pensando que el receptor nos entiende perfectamente. Pero la única forma en el que el otro nos entienda correctamente es siendo claro y concreto.

Es mucho mejor decir "cuelga el abrigo" a "eres muy dejado". Además de ser un mensaje mucho más específico, no es acusador o negativo.

Céntrate en el tema.
Quien mucho abarca, poco aprieta. Si empezamos a hablar sobre varias cosas lo más probable es que acabemos hablando de nada, o que acabemos reprochando cosas que pasaron hace tiempo.

Trata los temas uno a uno. Céntrate en el que consideres prioritario, y si necesitas o deseas abordar otro tema, déjalo para más tarde.

Exprésate en positivo.
Muchas veces decimos lo que no nos gusta. No está mal, pero sólo sirve para que el otro sepa que es lo que no te gusta, no lo que quieres. Y el interlocutor no sabrá qué quieres en sustitución de lo que no.

Decir lo que uno quiere es más fácil y sencillo de entender. Por ejemplo, es mejor decir "siéntate" a "no corras", "come" a "no juegues con la comida" o "coge este papel y pinta" a "no te subas al sofá".

Deja terminar.
Deja que tu interlocutor acabe de decir todo lo que quería explicar, antes de dar una opinión o actuar. A menudo pensamos que tenemos suficientes datos e interrumpimos la comunicación, malinterpretando la situación o actuando de forma impulsiva y/o errónea.

Céntrate en el presente y el futuro.
Lo pasado, pasado está. El objetivo de cualquier conversación constructiva es cambiar y mejorar, por lo que sacar temas pasados no sirve para mucho. Además, el sacar "trapos sucios" sólo sirve para incomodar al interlocutor, que se ponga a la defensiva y dar una sensación de estancamiento.

Además, los cambios y mejoras sólo pueden ser a partir de ahora, no de hace un rato o de ayer.

Seguiremos con más aspectos de la comunicación positiva próximamente y recordad que vale para niños y adultos.

Saludos excursionistas.

Fuentes de este artículo:
http://abrazarte.org
http://adivinacuantotequiero.blogspot.com.es
http://www.cluboptimistavital.com

lunes, 18 de febrero de 2013

Viajes largos en coche (2)

Una de las cosas que más utilizamos cuando salimos de casa es nuestra nevera portátil. Es la clásica nevera azul de camping de toda la vida. Y la utilizamos siempre que hacemos viajes largos.

Glamour, lo que se dice glamour, no tiene, pero es de un práctico...

En ella solemos meter de todo: agua, zumos, refrescos y fruta. También metemos bocadillos. Y para que esté todo fresquito, paramos en la primera gasolinera con la que nos cruzamos y le metemos un par de bolsas de hielo (sin abrir, sino, el cartón de los zumos y los bocadillos se quedan empapados y hechos un asquito).

Vaya por delante que, para nosotros, un viaje en coche de más de media hora ya lo consideramos como un viaje largo. No sería la primera vez que nos vemos atrapados en un atasco y algo que en pricipio iba a ser corto acaba siendo interminable.

Llevar fruta para picar tiene una ventaja: si está cerca a la hora de la comida puedes jugar al "mundo al revés". Das el postre como primer plato... así luego no hay problemas para comer (además, la fruta se digiere bastante rápido).

Si el viaje es realmente largo, también incorporamos palitos de pan y galletas (incluso alguna vez hemos metido chocolate). Así, si a Nene le entra hambre o sed y no podemos parar, tenemos algo a mano con qué entretenerlo.

La ventaja de que esté en la nevera, es que, además, cuando llegas te aseguras de que no se queda nada en el coche (se nos olvidó una vez un paquete de galletas y se nos llenó... ¡de hormigas! Como entraron sigue siendo un misterio...).

Al llevar varias cosas, también das la oportunidad de que el niño pueda elegir qué le apetece comer (a veces apetece fruta, otras, galletas...) y estás cubierto ante cualquier imprevisto. Y al estar en la nevera, no se ponen las cosas pochas (especialmente la fruta).

Seguiremos con más ideas para los viajes en coche.

Saludos excursionistas.

sábado, 16 de febrero de 2013

Comunicación positiva. Parte 1

Hay cosas que sirven tanto para fuera como para dentro de casa. Y como me interesan os las cuento.

Muchos padres decidimos que no queremos gritar, pegar o chantajear a nuestros hijos. Dedicidimos criarlos desde el respeto. ¿Y como nos lo montamos? Bueno... empecemos por el principio: usamos mucho la comunicación positiva.

La comunicación positiva permite, precisamente, establecer una línea de comunicación respetuosa que permite conectar y educar al niño desde el entendimiento en vez de desde la coacción. Además permite que el niño forme parte activa en la toma de decisiones y sea parte activa de la familia.

Existen cinco puntos para ponerla en práctica. No son complicados, no. Pero puede costar un mundo aplicarlos.

1. Cálmate.
A mí, personalmente, no me gusta nada que me griten. Es más, si se me ocurre levantar la voz a Nene en seguida suelta un "¡a mí no me gusta que me griten!". Gritar es agresivo, y hace que nos posicionemos en el bando contrario y nos pongamos a la defensiva.

Como adultos, tenemos el deber de controlarnos.

2. Escucha.
No siempre que explicas un problema a alguien buscas que te dé una solución. A veces necesitas desahogarte, y puede ser muy frustrante el explicar algo, que te den una respuesta rápida y a otra cosa.

Hay que saber interpretar cuando se busca ayuda y cuando se busca un desahogo. Si ofrecemos soluciones sin escuchar al niño, este lo que percibe es desinterés y ganas de pasar a otra cosa.

Además, los niños dan muchas veces con la solución por sí mismos, y el hecho de sentirse escuchado facilita que el niño coja confianza y hable con nosotros de forma voluntaria y abierta.

3. Habla y deja hablar.
Para nosotros es muy importante enseñar a nuestros hijos que los conflictos ser resuelven con el diálogo y, por tanto, lo hacemos también en casa.

Al dejar que el niño exponga sus razones cuando ha hecho, hace o quiere hacer algo nos permite entenderlo y conocerlo mejor.

Además, a mí, como miembro de mi familia, me gusta dar mi opinión y que se tenga en cuenta ¿por qué con los niños va a ser distinto?

4. Explica, no regañes.
Cuando intentamos corregir a un niño, lo que pretendemos es que entienda qué está bien y qué esta mal. Si no le explicamos a un niño que algo está mal es muy probable que no entienda qué es exactamente lo que no nos ha gustado y vuelva a hacerlo.

Se puede ver muy fácilmente cuando un niño pinta una pared. Si le echamos un grito, probablemente dejará de hacerlo en el acto, pero unos días después volverá a repetirlo. Sin embargo, si le explicamos que no nos gusta que pinte la pared (se ensucia, se queda fea, hay que limpiarla...) y lo hacemos partícipe del proceso de limpieza para que vea el esfuerzo que implica el dejar la pared como estaba, es muy probable que interiorice el mensaje "pintar la pared está mal" y no vuelva a hacerlo.

5. Negocia, no impongas.
A menudo los padres nos creemos poseedores de la verdad absoluta de todo. Y los niños nos demuestran constantemente que esto no es así.

El llegar a un acuerdo (tanto niños como padres), ceder y comprometerse permite el diálogo y mejora la colaboración.

Iremos escribiendo más sobre la comunicación positiva. ¡Ah! y no olvidéis que sirve tanto para niños como para adultos.

Saludos excursionistas.

Fuentes de este artículo:
http://abrazarte.org
http://adivinacuantotequiero.blogspot.com.es
http://www.cluboptimistavital.com

viernes, 15 de febrero de 2013

Viajes largos en coche (1)

Nosotros hemos hechos varios viajes largos con Nene en coche. Y de momento nos ha ido más o menos bien.

Muchos padres se quejan de que es imposible ir más de media hora en coche con sus hijos, así que iremos comentando lo que vamos haciendo nosotros por si os ayuda.

Viajar de noche.
El viaje más largo que hemos hecho duró unas doce horas de ida y lo mismo de vuelta. Razón por la que nos planteamos (y lo hicimos) ir de noche.

¿Por qué? Bueno, supusimos que al ser de noche Nene caería como un bendito y se pasaría todo el viaje durmiendo.

En principio debería haber funcionado. La idea, además era que Papa y yo nos fuéramos turnando a la hora de conducir para llegar descansados.

En este caso el tiro nos salió por la culata: Nene fue todo el viaje despierto, hablando por los codos y cuando llegamos a nuestro destino, él seguía tan pancho y nosotros estábamos reventados... eso sí, Nene se lo pasó pipa porque para él fue toda una aventura el viajar de noche, ver luces y descubrir el amanecer.

Saludos excursionistas.

miércoles, 13 de febrero de 2013

¡Quieto en la silla!

Una de las cosas que más nos impiden salir de casa con nuestros niños es salir a un restaurante y que no se queden sentados ni un minuto.

Vamos a comer fuera 2. Estar sentado.

Veamos, este es un punto un tanto delicado. ya que nosotros no somos nadie para decir como han de comer tus hijos.

Pero si quieres damos unos consejos.

Olvídate de que tu hijo esté toda la comida entera sentado.
Los adultos molamos muchos... podemos estar cantidad de tiempo sentados (comidas, café, postres, copitas...), pero los niños necesitan moviento... así que busca un sitio donde los niños puedan estar correteando mientras tú haces una explendida sobremesa.

Lleva juguetes sencillos.
Lleva lápices y un libro para colorear o para enganchar pegatinas (o gomets que es como se llaman ahora). Tendrás a unos críos entretenidos hasta que sirvan la comida.

Asegúrate de que el restaurante es apropiado.
Busca un sitio para ir donde haya jardín o zona para niños  para que puedan ir una vez se haya acabado la comida. Si un niño te aguanta toda una comida entera en la silla sin moverse... ¡ya es todo un triunfo con mayúsculas! no esperes más.

Sé realista con tus hijos.
Si tus hijos comen correteando de arriba a abajo, no pretendas que ese día estén quietecitos en la silla... no están acostumbrados a eso.
Si pretendes que un crío que esté para arriba y para abajo cuando suele comer esté sentado todo ese rato en una silla lo pasaréis mal. Vosotros y él.

Enséñale a estar sentado mientras come en casa y así podréis disfrutar de vuestras salidas a cualquier sitio. La calma durará el rato que esté sentado, pero comeréis bien y él lo pasará bien.

Saludos excursionistas.

Anticiparse a salir de casa.

Estar comiendo en un restaurante con un niño pequeño puede ser motivo de muchas tensiones. Por lo que iremos dando varios trucos para poder ir a cualquier sitio y que tus niños lo pasen estupendamente bien y vosotros estéis relajados.

Vamos a comer fuera I. Anticípate.

Una de las cosas que más agradece Nene es que le expliquemos donde vamos a ir y qué se espera de él.

Cuando salimos al campo directamente le decimos que, menos comer plantas y tierra, tiene vía libre para lo que le dé la gana.

Pero cuando vamos a un restaurante le explicamos que esperamos que esté sentado, no hable gritando y que haga caso cuando le pedimos algo.

No funciona siempre (los niños, por suerte, no tienen un botón de "obedecer"), pero el hecho de que él sepa a donde va y qué se espera de él, ayuda y mucho. Incluso ahora empieza a salir de él el comportanse dependiendo de donde vayamos.

Seguiremos con más truquitos para salir de casa pronto.

Saludos excursionistas.

lunes, 11 de febrero de 2013

A todas partes con mi bebé

¿Te gusta la montaña? ¿Y no vas porque tienes un bebé e ir con el cochecito es imposible además de un engorro?

Necesitas un portabebés. Definitivamente. Sin lugar a dudas.

Por norma general, a los bebés les encanta que los porteen. Además, se duermen con el bamboleo que se genera al caminar. Y hay una cosa que nos encanta: mientras porteas puedes darle besitos, olerle... mmmmm... todo un mundo de sensaciones con tu bebé.

A nosotros nos gusta portear. Puedes ir a cualquier sitio. Es cómodo para moverte por la ciudad y te olvidas de escaleras y obstáculos.

Además, existen cantidad de opciones: mochilas, fulares, bandoleras... todo un universo de telas, texturas y tejidos... son bonitos y ¡hasta se pueden combinar con la ropa que llevas!

Existe todo un mundo y te invitamos a conocerlo. Practicidad y comodidad aunados.

Saludos excursionistas.

Mochila de explorador

Nene tiene una curiosidad insaciable.

Cada vez que salíamos al monte nos preguntaba qué era esto, qué era aquello... y luego seguía y seguía preguntando lo mismo durante varios días.

Como todo lo mira, lo toca, pregunta y repregunta, al final hemos optado por montarle un equipo de exploración para que no nos lleve locos.

¿En qué consiste? Muy fácil. Hemos cogido una mochila que está reservada para las excursiones. En ella hemos guardado:
  • Lápices de colores y una libreta para poder dibujar y apuntar cualquier cosa que nos llame la atención.
  • Unos prismáticos (en cualquier chino podéis encontrar unos muy baratitos).
  • Pañuelos de papel.
  • Algo de comer (mandarinas, galletas...)
  • Agua.
  • Bolsas de plástico para poder recolectar hojas (y luego escaneárlas para colgarlas en el Diario de Naturaleza).
Lo cierto es que Nene va contentísimo a todas partes con su mochila de explorador y como todo queda escrito, sabe que la información no se perderá y no nos vuelve majaretas preguntando lo mismo una y otra vez.

Para su santo le compramos una brújula...

Saludos excursionistas.

¿Qué nos llevamos?

Uno de los problemas que hemos tenido con Nene es qué juguetes llevar cuando salimos fuera de casa.

Inicialmente queríamos que se llevara lo que le apeteciera, pero pronto empezó a ser un problema. Llevar algo voluminoso, pesado o difícil de transportar puede ser motivo de muchas tensiones.

Nos pasó varias veces el tener que acarrear con un correpasillos o una bici pesados como ellos solos. Y nos malhumoraba muchísimo. Tanto, que más de una vez recogimos los bártulos y nos fuimos a casa con el consiguiente berrinche por parte de Nene.

Al final hemos optado por la practicidad. Si vamos al lado de casa, puede bajar algo pesado o voluminoso (vamos, que le dejamos bajar la bici o el patinete). Y si vamos lejos puede llevar tres juguetes que a Mama le quepan en el bolso (coches, un muñequito... lo que a él le apetezca).

De esta forma evitamos el tener que deslomarnos con algo pesado y él tiene con qué jugar.

Seguramente pensaréis que somos dos comodones, pero cuando has de cargar por media ciudad un juguete pesado o muchos juguetes que no sabes ni como llevar, lo que era agradable se convierte en un mal momento.

Se admiten sugerencias para el transporte de juguetes voluminosos sin tener que hacer malabarismos o dejarse la espalda.

Saludos excursionistas.