miércoles, 6 de marzo de 2013

Comunicación positiva. Parte 3.

Seguimos con la comunicación positiva, puesto que nos parece una herramienta que, con un poquito de práctica, puede ayudarnos tremendamente en nuestra relación con nuestros hijos y facilita enormemente la interacción con ellos.

Hoy hablaremos de los sentimientos.

Escuchar, reconocer y poner nombre a los sentimientos del niño facilita que el niño entienda qué le pasa, que encuentre soluciones por sí mismo y que se sienta comprendido.

Lo más importante y principal es escuchar.

Expresiones del tipo "ajá", "ya veo", "vaya", en vez de preguntas o consejos, invitan a que el niño explore sus propias sensaciones e ideas, y encuentre soluciones a los problemas a los que se enfrenta.

También es de gran utilidad poner nombre a lo que el niño está experimentando. Frases del tipo "veo que estás enfadado" o "esto es muy frustrante ¿verdad?" proporcionan consuelo. Ojo, no neguéis nunca el sentimiento que el niño está sintiendo. Expresiones tipo "¿cómo vas a estar enfadado?" o "no tienes motivos para estar triste" sólo sirven para que el niño encima se sienta frustrado e incomprendido.

Concédele al niño sus deseos en la fantasía... parece algo un tanto extravagante, pero funciona. Nunca se me olvidará una rabieta de Nene porque quería unas galletas que se habían terminado. Montó en cólera. ¿Qué hice? Pues abrazarle y decirle que deberíamos inventar una máquina que nos diera galletas cuando quisiéramos... ¿por qué no hacíamos entre los dos un invento para tener las galletas cuando nos diera la gana? Lo que comenzó con una rabieta monumental acabó con un dibujo de cómo debía ser la máquina y qué debía de hacer...

Cambia tu manera de expresarte. Si a un niño le dices "entiendo que estés enfadado, pero las cosas se dicen con la boca, no con las manos" o "no me gusta que me digas palabrotas. Si estás enfadado y me explicas por qué, podemos buscar juntos una solución", permite que el niño interiorice y entienda, sin necesidad de reprimendas o castigos.

Obviamente, esto no es una panacea, pero os aseguro que alivia muchas tensiones y conflictos.

Saludos excursionistas.

Fuentes de este artículo:
Como hablar para que sus hijos le escuchen y como escuchar para que sus hijos le hablen.  Adele Faber y Elaine Mazlish. Ed. Medici.

ISBN: 9788486193867

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