lunes, 18 de marzo de 2013

Comunicación positiva. Parte 4.

Volvemos con la comunicación positiva.

Una de las cosas que teníamos claras Papa y yo era que la crianza ya es suficientemente difícil y complicada como para convertirla en una batalla campal.

En el diálogo y la comunicación permanente hemos encontrado un poderoso aliado para que la crianza sea más sencilla.

Técnicas para colaborar con nuestros hijos y... que nuestros hijos colaboren.
Describe. Describe absolutamente todo lo que veas. Y, por supuesto, describe el problema que quieres solucionar. La próxima vez que veas que tu hijo se ha dejado la tele encendida, en vez de enfadarte y/o sacar a relucir defectos, describe lo que ves. En vez de "¡Qué despistado! ¡Te has vuelto a dejar la tele encendida!", prueba un "la tele está encendida". Además, es mejor si se elimina el tono acusador. Cambia el "se te ha caído arroz al suelo" por "se ha caído arroz al suelo, necesitamos el recogedor para limpiarlo".

Da información. La información es más fácil de digerir que un reproche o una acusación. Funciona mejor "el sofá es para sentarse, no para saltar" que "si te vuelvo a ver saltando en el sofá te vas a enterar".

Exprésate de forma breve y sé directo. En lugar de soltar una parrafada con discursos y sermones, dí de forma clara y corta lo que quieres. Por ejemplo: "Nene, la leche o Nene, tómate la leche", "esa puerta...", "no saltes en la cama".

Expresa tus propios sentimientos. Al describir como te sientes, no sólo estás enseñando a tu hijo a entender sus propios sentimientos, sino que estarás siendo honesto sin necesidad de herirle. En vez de soltar un "eres un maleducado que no dejas hablar", prueba con "me disgusta mucho no poder acabar de decir lo que quiero" o "ahora no puedo hacer esto, estoy nerviosa y no tiene nada que ver contigo. De aquí a un ratito lo hacemos".

Escribe una nota, aunque no sepa leer. A veces la palabra escrita es más contundente que la palabra dicha. Prueba a dejar una nota en su Play que diga "antes de encenderme, piensa ¿he hecho ya los deberes?" o "esta noche sesión de limpieza de dientes. Invitación especial para todos los niños de la casa y sus dientes, con la aparición estelar de Papa y Mama".

Como última recomendación os diré que uséis muchísimo el humor. Os facilitará la comunicación con vuestros hijos y alegrará el ambiente de vuestra casa. Hacer voces (imitar un robot, o poner voz chillona), soltar algo sin sentido como réplica (con ánimo de broma y que el niño lo vea) o inventar situaciones divertidas os pueden ayudar mucho a que el niño se muestre receptivo y colaborador.

Espero que os guste.

Saludos excursionistas.

Fuentes de este artículo:
Como hablar para que sus hijos le escuchen y como escuchar para que sus hijos le hablen. Adele Faber y Elaine Mazlish. Ed. Medici.

ISBN: 9788486193867

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