Estar comiendo en un restaurante con un niño pequeño puede ser motivo de muchas tensiones. Por lo que iremos dando varios trucos para poder ir a cualquier sitio y que tus niños lo pasen estupendamente bien y vosotros estéis relajados.
Vamos a comer fuera I. Anticípate.
Una de las cosas que más agradece Nene es que le expliquemos donde vamos a ir y qué se espera de él.
Cuando salimos al campo directamente le decimos que, menos comer plantas y tierra, tiene vía libre para lo que le dé la gana.
Pero cuando vamos a un restaurante le explicamos que esperamos que esté sentado, no hable gritando y que haga caso cuando le pedimos algo.
No funciona siempre (los niños, por suerte, no tienen un botón de "obedecer"), pero el hecho de que él sepa a donde va y qué se espera de él, ayuda y mucho. Incluso ahora empieza a salir de él el comportanse dependiendo de donde vayamos.
Seguiremos con más truquitos para salir de casa pronto.
Saludos excursionistas.
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