Cada vez que salíamos al monte nos preguntaba qué era esto, qué era aquello... y luego seguía y seguía preguntando lo mismo durante varios días.
Como todo lo mira, lo toca, pregunta y repregunta, al final hemos optado por montarle un equipo de exploración para que no nos lleve locos.
¿En qué consiste? Muy fácil. Hemos cogido una mochila que está reservada para las excursiones. En ella hemos guardado:
- Lápices de colores y una libreta para poder dibujar y apuntar cualquier cosa que nos llame la atención.
- Unos prismáticos (en cualquier chino podéis encontrar unos muy baratitos).
- Pañuelos de papel.
- Algo de comer (mandarinas, galletas...)
- Agua.
- Bolsas de plástico para poder recolectar hojas (y luego escaneárlas para colgarlas en el Diario de Naturaleza).
Para su santo le compramos una brújula...
Saludos excursionistas.
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